décembre 1976: febrero 2012

Ahora no fue con una semana de anticipación, ahora fueron 3 días los que tuve para organizar este nuevo viaje a Shanghái, nuevamente por cuestiones laborales y en compañía de un ejecutivo del cliente para quien estamos construyendo un puente y para el cual estamos fabricando unos equipos de construcción allá en China. La visita estaba planeada para 5 días y se extendió a 10 días. Casi toda una semana tuve que convertirme en uno de los 10 millones de shanghaian@s que usan el metro para trasladarse a sus trabajos. Una hora desde Shanghai Railway Station (L3/L4) hacia Zhengpin Road para cambiar a la L7 en dirección hacia Meilan Lake, la estación terminal donde nos recogía el chofer y recorríamos otros 50 minutos para llegar a la fábrica en Taicang, Jiangsu. Sabía que hacía frío pero no pensé que se sintiera tan fuerte, al menos no estoy acostumbrado a estos fríos, tuve que comprarme guantes y bufandas y llevarme la pijama debajo de la ropa, frío botarga como decía alguien en twitter. El frío no impidió que al menos unos días saliera por la noche para conocer otros lugares de la ciudad que no había conocido, como Yuyuan Garden y Taikanglu y el último día subir al Shanghai World Financial Center al mirador más alto del mundo a 495m del suelo en el piso 100. Vale la pena tan sólo para mirar mi edificio favorito que es la Torre Jinmao justo al lado del SWFC. Con mis viajes diarios de 1 hora de ida y 1 hora de regreso en metro creo que le agarré gusto a las chinitas, me enamoré perdidamente al menos 2 veces. Esta ocasión casi no deambulé por el malecón de The Bund pero hasta 2 veces fui a Xintiandi, una vez en compañía de mis nuevos amig@s Jie Qin (Paty) y Cao Yong al Paulaner (cerveza alemana) y Simply Thai (comida tailandesa) y otro día con el cliente y nuestro supervisor allá, Luis en el Latina (comida brasileña). El primer día comimos Pato pekinés en el "Pato del Emperador", una delicia aunque el servicio del lugar bastante lento.

Hay algo que me gusta de Shanghái que no he sentido en ninguna otra ciudad, tal vez en Berlín o en Nueva York pero no lo viví a fondo y es la experiencia urbana, tiene otro significado:la alta densidad, el transporte masivo, la sobrepoblación, tren magnético a alta velocidad, los rascacielos, lo clásico, el futuro; me gusta mucho Shanghái.

Lo único lamentable de este viaje es que me perdí la boda de una de mis mejores amigas, Ana Concha que se celebró el 5 de febrero. Aunque sé que ella lo entiende no pude evitar sentir un poco de coraje y nostalgia de no estar en su fiesta.