sábado, julio 26, 2008

my eyes are not enough, neither my heart.

Me duelen los ojos de la incapacidad de abarcar tanta belleza-crueldad, tanta luz-obscuridad, tanta nitidez, tanto cine. Vengo de ver "The Dark Knight" en la sala IMAX de Cinepolis Universidad y fue una gran experiencia cinematográfica. Estoy emocionado de lo que el cine le puede hacer a tus sentidos y me refiero al cine como ciencia antes que arte. Mis ojos no parecen ser suficientes para absorber toda esa luz, es frustante.

No dudo que en la evolución del hombre, estos avances tecnológicos influirán en su fisionomía y fisiología hasta el punto en que nos acercaremos cada vez más a The Matrix para vivir en mundos virtuales donde el cuerpo ya no será suficiente y todo será amplificado en el cerebro, drogas que reforzarán las habilidades del cortex cerebral (memoria, inteligencia, lenguaje, percepción visual, conciencia) para apreciar más y mejor la "realidad".

Pero esta emoción no es gratuita, una mayor densidad de fotones no necesariamente causa la misma sensación, no es la primera vez que veo algo en una pantalla IMAX, y ni hablar de si es realmente IMAX o un transfer entre formatos. Quitándole algunas cosas cursis (a mi juicio) o previsibles, la historia de The Dark Knight es apabullante respecto a la moral de las sociedades modernas occidentales; sin ser una apología de la violencia y el terrorismo, es una crítica a la doctrina del miedo y de cuán fácil es controlar a la gente a través del mismo, así como la debilidad del espíritu humano cuando ves perdido lo que más quieres. No podemos esperar Chomskys, Da Jandras, Hebertos Castillo o Carmenes Aristegui o Slims devenidos a Burce Wayne en cada individuo de nuestras sociedades porque como tal no somos más que masa, aglutinamiento de seres humanos que forman parte de otros sistemas aún más complejos. Por eso enternece tanto la personalidad del Guasón (Heath Ledger) y muchos nos identificamos con sus motivaciones (claro es sólo una película, no se claven no me voy a rasgar los labios o ponerme un traje de enfermera, jajajujujuaa), de alguna manera la película trasciende la pantalla y se continúa en el espectador y el verdadero ganador es el guasón ya que con un poco de suerte algún cabrón se volverá loco y mandará su trabajo o su familia o a sus amigos al carajo y entenderá que un poco de cordura es suficiente para darse cuenta lo podrido del sistema. A lo menos alguien escribirá lo mismo que estoy debrayando aquí.

Todo este tiempo que no he recurrido al blog o al messenger para evadirme, he estado viendo muchas cosas que me han hecho pensar que vamos (voy) corriendo como caballos desbocados hacia un desfiladero y lo estoy disfrutando, son tiempos históricos. ¿Quién mató al carro eléctrico?, ¿Quién controla a las farmaceuticas y sus experimentos en poblaciones africanas (The constant gardener)?, ¿De qué sirve meterle un freno al "progreso" en aras de revertir el cambio climático?, ¿Porqué el occidente quiere imponer su visión al resto del mundo, o será que desde aquí lo veo así?, pienso en China y pienso en su desarrollo y su política interna y en su cultura y pienso en "The Tank Man" en los conflictos de Tiananmen. Pienso en India y no sé nada (en realidad pienso en Darjeeling y en las fotos de mi amiga Andrea en el Río Ganges). Pienso en Irán y pienso en "Persepolis". Pienso en Sudamérica, específicamente Brasil y pienso en el futuro. Pienso en Rusia y me da desconfianza. Pienso en Japón y veo más luz, mucha luz, Shibuya. Vi wall-e y la amé, además del subtexto de la historia: corporaciones, contaminación, obesidad; en el fondo sigo creyendo que el amor es la cura para todos los males aunque sea amor entre dos máquinas (bendito siglo XXI) o dos hombres, como en Happy Together. También han sido días en los que he asimilado que mi destino está marcado y no pienso hacer nada para revertirlo, i mean Diabetes. Pienso en mi padre y pienso que soy un huérfano después de todo. Por eso amo Le Scaphandre et le papillon, por la relación de Jean-Do y Papinou, específicamente la escena en la que el hijo rasura al padre y Papinou (padre) le dice a Jean-Do (hijo) que está orgulloso de él.

Ya me desvié, The Dark Knight también me gusta por la perfectibilidad de los personajes, claro excepto Lucius y Alfred, pero Bruce Wayne-Batman y Harvey Dent son tan humanos a pesar de su condición mitico-heroica en la película. Sólo me hubiera gustado que uno de los barcos hubiera detonado al otro y que en realidad hubieran detonado el propio barco dentro de ese juego socio-antropológico que plantea el Guasón.

Christopher Nolan ha abierto toda una épica en las películas de comics y el cine se ve mejor en pantallas IMAX.

Aurevoir.

Felicidades a mario y a esther por su cumpleaños.

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